El cabo de las letras
Hay un cabo en la isla de Siros, en el Egeo, que se llama el cabo de las letras. O cabo de las cartas, porque γραμματα en griego significa ambas cosas.
Hay un cabo en la isla de Siros, en el Egeo, que se llama el cabo de las letras. O cabo de las cartas, porque γραμματα en griego significa ambas cosas.
Durante mucho tiempo he pensado sobre aquella objeción y sobre el derecho de un viajero a seguir encontrando aquello que le enamoró por vez primera. Grecia deslumbra, eso es un hecho.
Mi casa está en un árbol. Los pasillos son curvados y rugosos, llenos de nudos y bifurcaciones que se inclinan con el viento. Y la tonalidad de las paredes, verdes todas ellas, varían con la… Leer más »La vida en un árbol
Lo prometido es deuda: Ya está a la venta en Amazon la segunda edición de Mil viajes a Ítaca.Tras cinco años de estar en el mercado de la mano de una editorial, he recuperado los… Leer más »Mil viajes a Ítaca. Segunda edición
Tengo la desagradable sensación de sobrar. Las ciudades se han convertido, casi sin darnos cuenta, en sumideros donde confluyen las corrientes de turistas que circulan por los océanos y atmosferas terrestres.
No podemos apresurarnos por los caminos sin revisitar lugares, para no perdernos la sorpresa que, como una amplia sonrisa, nos devuelve una vez, entre miles, aquel paisaje anónimo que hoy luce con una belleza deslumbrante y desconocida.