Si vives en un pueblo y tienes buenos amigos lo normal es que te paren y te digan: tengo unos calabacines para ti. Muchas gracias les respondo, me encantan. Así que abro la nevera y se me caen todos encima.
Me hace gracia, porque te los dan a escondidas. No creo que se deba a que otros vecinos puedan sentirse celosos. Realmente, la única persona que no cultiva calabacines soy yo, todos tienen los suyos. Así que pienso que la clandestinidad se puede deber al temor de que los propios no sean tan gordos y brillantes como los del otro, con las flores tan tersas o las pieles finas y el dadivoso pueda ser considerado como un pésimo agricultor. Abro la nevera y los tengo de todos los tamaños, acostados unos sobre otros, como las botellas de buen vino, con sus florecillas como plumeros amarillos. Uff ¡Qué voy a hacer con vosotros!
He repasado y ejecutado todo la farmacopea calabacitil: rellenos de carne, con salsa de avgo-lemono, flores rellenas de arroz, fritos, en tortilla, con queso. Para no volver a empezar desde el principio, como el CD de un coche en un viaje largo, esta noche voy a inventarme una receta para dar salida a unos cuantos. Los voy a cubrir con una bechamel de mejillones y al horno. No sabía cómo titularlos, por si me salen buenos y tengo que volver a repetirlos, es necesario poder dirigirme a ellos con un nombre. ¿Calabacines del No? ¿Calabazas para Europa? ¿Calabacines a la importancia? ¿Mejillones en carroza? ¿La furia del Eurogrupo? ¿Calabacines enrojecidos de la vergüenza por la prensa tendenciosa? Pero creo que he dado con el apelativo: Calabacines a la Varufakis;o Varukolokizakia que suena mejor en griego. Así, cuando invite a cenar a algunas amigas mías, estoy segura de su aprobación casi sin llevarselos a la boca.
¡Qué bueno!
Pero no solo por eso. Si no porque creo que el gesto de hoy de este político es el digno colofón a una semana de nervios, rumores, desdichas, mentiras y una decisión rotunda a no ser humillados más. Se merece un buen plato histórico de sencillos ingredientes, tal que el pollo Marengo del famoso Napoleón; ese que ideó su cocinero con los pocos víveres que encontró en el campo de batalla. Como se lo merecen todos los griegos, cultivadores o no de verduras. Porque cada vez me emocionan más y me siento más cerca de ellos y de sus calabacines, de su pobreza compartida, de su miseria sonriente, de sus gustos humildes. A todo esto, espero que me salgan bien para estar a la altura de las circunstancias y no me tenga que arrepentir de la dedicatoria y tener que buscarles un nombre de última hora.
Mientras escribía estas notas han llamado a la puerta. Era Kostas, mi viejo amigo pescador últimamente retirado del mar y reconvertido a la agricultura de autoconsumo. Me ha dado una bolsita llena a rebosar y me ha dicho.
– Toma, esta es vuestra parte.
– ¿Nuestra parte?
– Sí, porque vosotros sois de los míos, tanto como mi familia.
Me he quedado inmóvil, sin poder hablar y he metido la cabeza de lleno en la bolsa, como queriendo captar el aroma de la fruta recién cortada. El plástico se inflaba y se desinflaba con mi respiración. Todo antes de mostrarle las lágrimas que me salían solas y sin llamarlas.
Afortunadamente entre muchos calabacines había un pepino y podré hacer ensalada, pero no tengo más remedio que idear otro plato para mañana. Lo titularé calabacines sentimentales, como si fueran unos nocturnos de Chopin. Se admiten sugerencias.
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Calabazas de agosto |
Ana… Crema de calabacines… que la puedes congelar e ir descongelando segun necesidad… Pisto… o sencillamente en finas lonchas, enharinados y fritos… como si fueran chips… ¡hala!, que aproveche la "calabacinada".
Gracias por tus consejos pero todas esas ya las había probado. La verdad es que a la Varufakis salen muy buenos. Recomendables.
Solo sugerencias… que ya debes de conocer el retruecano aquel de "consejos vendo que para mi no tengo". ¿Bechamel de mejillones?… cuando puedas me lo explicas, porfaplis.
Anusca, creo que lo importante, y perdona el tonto juego de palabras, es que no les den calabazas a los griegos. Y ya que hablamos de fogones, en la cocina europea, la de esos señores del norte que se creen los amos del tinglado, los que abrieron sin medida el grifo del crédito y ahora están buscando sus dividendos, llevan tiempo cociéndonos a los países del sur hasta sacarnos el jugo y le jode cantidad que Grecia haya sacado los pies del plato. Aquí abajo estamos mirando de reojo a Grecia, con nuestros gobiernos neoconservadores haciéndole la ola a Alemania y en víspera de elecciones. No solo nosotros, detrás va Irlanda y después Portugal. Miramos a Grecia, para sí le sale bien apuntarnos a su carro. Así de cobardes somos los del sur. Grecia nos está dando una lección de democracia y en vez de apoyarla (con Rajoy ahí arriba es impensable) cerramos los ojos por si en la rifa de tortas nos llevamos alguna. Grecia tiene que salir y con dignidad y acabar con la austeridad que nos ahoga a todos menos a los “mercados”, que son los que se llevan el beneficio. Por eso están asustados, porque se les puede acabar el chollo. Me saco el gorro ante Alexis Tsipras y Varufakis. Ojala les salga bien.
Por cierto, ya los has dicho, pero en tortilla están deliciosos. Me refiero a los calabacines.
Un millón de besos
Viriato
PD:
Dile a Jesús que el otro día estuve haciendo con el Viriato un Yaki Chan y llegué a puntas de 9 nudos.
Me tienes que explicar algún día que es eso del Yaki Chan, Jesús tampoco ha sabido hacerlo.Estupendo lo de los 9 nudos.
Te doy un consejo: no creas nada de lo que dice la prensa española, ni siquiera el Pais, son unos impresentables y no paran de dar una imagen catastrófica de Grecia que no corresponde para nada a la realidad. Muchos españoles quisieran tener la mitad de la solidaridad que tienen los griegos. Te dejo que estoy navegando y con muy poca cobertura.
Un beso
Mientras tu te dedicas a los calabacines a la Varufakis con las piezas hermosas que te han ido proporcionando tus amigos y vecinos, los grandes cocineros de europa, alemanes y acólitos, están imponiendo su estilo de la deconstrucción del calabacín para que ni los que los cultivan sean capaces de reconocerlos ni por el sabor ni por la pinta. Ten cuidado no te consideren una resistente y contraria a los intereses de europa. Claro que no serías la única. Yo estoy en tu bando.
Hola Angel, un placer, el verte por aquí.
Me da igual lo que me consideren, lo que están haciendo con Grecia es típico de las mafias: extorsión, amedrantamiento, sembrar noticias falsas… No son politicos europeos, son gangsters de baja estofa y poca calidad moral. Por conservar su puesto son capaces de las más ruines vilezas.
Un abrazo gordo y espero que lo navegues bien este verano.