Un pobre país, sin pobres
Durante mucho tiempo he pensado sobre aquella objeción y sobre el derecho de un viajero a seguir encontrando aquello que le enamoró por vez primera. Grecia deslumbra, eso es un hecho.
Durante mucho tiempo he pensado sobre aquella objeción y sobre el derecho de un viajero a seguir encontrando aquello que le enamoró por vez primera. Grecia deslumbra, eso es un hecho.
Había un gato loco que jugaba solo. Se subía a los árboles y saltaba sobre la tierra persiguiendo pájaros imaginarios y olivas que caían del cielo. Por momentos, se quedaba quieto y petrificado, para brincar… Leer más »Ratones y futbolistas imaginarios