—El mundo gira al revés —me dijo un día mi abuelo. Para mí no había nada de extraordinario en el movimiento de la tierra durante aquellos soberbios días juveniles, luminosos, estrenados, en los que la belleza y la posibilidad de libertad eran un descubrimiento indiscutible y personal.
—Lo que siempre dimos por bueno ha resultado no tan bueno y lo malo peor. Los que creías de tu parte, son los más fieros enemigos. Siempre ha sido y será de esta manera, pero no nos damos cuenta hasta que la edad te da la perspectiva —añadió. Y yo pensé que estaba equivocado. Lo pensé porque era mi deber pensar de esa manera. Porque hay en la vida una inicial obligación a pasarse de listo, hasta caer en la cuenta de lo que algún día, alguien que parecía estar equivocado, te dijo.
Cuando decidí abandonar el mundo científico y dedicarme profesionalmente al mar, estaba en esa etapa de la vida en la que crees que con coraje puedes comerte el mundo. Ese mundo redondo, pequeño y lleno de agua que invitaba a recorrerlo y disfrutarlo. Había pocas mujeres que tomaran el mismo camino, y si hay un sector rancio y machista por excelencia, ese es el de la marina. Cualquier novato recién llegado no tenía mejor forma de autopromoción que medirse conmigo. Y yo, educada en la creencia de que, como en las películas de Hollywood, el mérito y la constancia siempre terminan por aflorar sobre la mediocridad, me las he tragado como puños, esperando que, algún día, la idea de que todos somos iguales fuera tan obvia como mi derecho a dedicarme a lo que me diera la gana.
Me presentaba por libre a los exámenes de Técnico Superior en Transporte Marítimo y los profesores me decían que era prácticamente imposible que aprobara. Tengo una carrera universitaria, les contestaba. Y oía eso de: Bah, ¿qué sabes tú de lo que es un título de la Marina Mercante?
Acreditar los años de navegación para obtener mando, para mis compañeros era una labor burocrática de muchos papeleos. Para mí, un tormento sin solución. Me hice famosa en Capitanía Marítima por mis protestas, por mis sentadas delante del mostrador, por mis múltiples escritos que quedaban abandonados en la papelera de algún despacho. Portazo y berrinche. Pero cuando más me espoleaban, más me crecía.
Aunque, con los años, es inevitable el aburrimiento. Sin ir más lejos, hace unos meses, unos avispados funcionarios, me desembarcaron sin yo saberlo. A mí y solo a mí, no a ninguno de mis colegas varones.
—Ah, lo siento. Ha sido un error.
—Pues lo subsanáis y me enroláis de nuevo, claro.
—Uy, hay un problema: tienes que repetir el curso de Sanidad.
—Pero, ¡si tengo el avanzado y no caduca! ¿Me vas a hacer repetir un cursillo para saber que los glóbulos rojos están en la sangre?
—Lo siento, ha cambiado la normativa. Cuando hay un movimiento en el rol, los cursos sí caducan.
Portazo y berrinche. Y a volver a pasar por la pérdida de tiempo, para que me enseñen la diferencia entre las venas y las arterias. Supongo que alguien se está forrando con eso, con la necesidad que tenemos de cumplir los requisitos para poder trabajar. Especialmente algunas.
Los tiempos han cambiado, ahora hay muchas más mujeres que se desesperan en las Capitanías de todos los puertos españoles. Bravo por ellas y su coraje y perseverancia. Pero, incluso ahora, cuando mi currículo cubre varias páginas, siempre hay alguien que me explica como hacer la maniobra, me pregunta dónde está el capitán, o me sugiere que venga mi marido cuando voy a comprar aceite para el motor.
—Si tú llevas ese barco, yo soy capaz de llevarlo con los cojones.
—Es difícil, aunque no imposible, gobernar un barco con los testículos. Ya me contarás cómo te va.
Y me lo contó: a la primera salida le reventó los dedos a la novia con el molinete del ancla y tuvo que hacer varios partes para la compañía de seguros al finalizar un accidentado amarre.

Con todas estas historias; y muchas más que no relato para no aburrir; solo intento hacer una introducción sobre algo absurdo que me sucedió el otro día:
Me acerqué a una librería, conocida por estar especializada en escritoras femeninas. No me gustan las presentaciones y siempre me muero de miedo antes de empezar, pero es un compromiso que tomé cuando decidí publicar mis libros y acompañarlos en su trayectoria, hasta su final, o el mío. El caso es que les propuse presentar Navegando por el cielo, mi último libro. Lo que me contestaron fue lo siguiente:
—Lo siento, solo hacemos presentaciones de libros de mujeres.
—Oh. No creo que eso sea un inconveniente —sonreí.
Le expliqué humildemente mi historia, algo resumida, y que consideraba que mi literatura encajaba evidentemente dentro de esa denominación, por mi trayectoria y por la temática. Se quedaron mirándome un momento sin saber que contestar y al final me dijeron:
—Verás, es que en esta librería estamos especializadas en jóvenes escritoras feministas.
Yo me di cuenta de que vivo en una órbita interestelar, ajena a la superficie terrestre. Mi certeza de que no existen hombres ni mujeres, solo personas, y de que uno es joven mientras siga aprendiendo, se esfumó como un globo en la atmosfera, bajo la mirada de aquellas libreras extraterrestres. Y tuve la sensación, la que siempre me ha acompañado durante mi vida, de ser el eterno garbanzo que se sale de la olla, cocinemos el guiso que cocinemos.
Mis libros no hablaban de empoderamientos, ni patriarcados, pero contaban historias del lucero del alba, Venus, Afrodita, capaz de obnubilar la razón a cualquiera que contemplara su ceñidor bordado. De Selene, diosa promiscua y caprichosa, que convertía a dioses y mortales en sus amantes. De las hermosas Pléyades que, con su aparición en el cielo, daban paso a la temporada de navegación en el Mediterráneo.
Me acordé de mi abuelo y de los falsos amigos en los que confiabas, y que resultaron no serlo tanto.
La verdad —les contesté—, las que no me interesáis sois vosotras. Tampoco vuestras clientas. Creo que por la misma razón por la que prefiero el bocata de calamares al pan bao que tan de moda se ha puesto en los restaurantes: por aparente, fofo y forastero.
No me gustaría despertar suspicacias en temas tan sensibles y, en el fondo, tan importantes. Opino que vivimos momentos fundamentales para sacar a la luz problemas muy graves que arrastran las mujeres desde hace siglos. Aunque hay una tendencia a convertir las cosas en líquidas y fugaces, por muy serias que sean. Pero si alguien se da por señalado/a, intentaré responder a sus objeciones con humildad, con similar paciencia con la que resisto frente a los mostradores de la Capitanía Marítima desde hace décadas, para poder seguir trabajando en aquello que pensé que era una buena idea.
Το κοριτσάκι πίσω σου
που ‘χει χαθεί στον ίσκιο σου,
λάθος το λογαριάζεις.
Σύντομα θα βγει μια βόλτα μες στην πόλη
χωρίς κρυφό πιστόλι, χωρίς να φοβηθεί.
Κάποια Κυριακή φουστάνι και αέρας
θα ποδοπατηθεί στο διάβα της το τέρας.
Τακούνια για καρφιά,
να εκδικηθεί η ομορφιά.
Αυτή η γυναίκα σπίτι σου
που ‘χεις για ισοβίτη σου,
σε λίγο θα σου φύγει.
Σύντομα θα βγει μια βόλτα μες στην πόλη,
θα την κοιτάζουν όλοι, μα αυτή θα αδιαφορεί.
Κάποια Κυριακή φουστάνι και αέρας,
γελώντας θα αφεθεί στο άπλετο φως της μέρας.
Τακούνια για καρφιά,
να εκδικηθεί η ομορφιά.
La muchachita tras de ti
que ha perdido tu rastro
no la tomas en cuenta.
Pronto saldrá a dar una vuelta por la ciudad
sin pistola escondida, sin temor
Un vestido de domingo y viento
pisoteará a su paso a la “Bestia”
Con tacones como clavos
se vengará la “Bella”.
Esa mujer de tu casa
que tienes a perpetuidad
en breve te dejará.
Pronto saldrá a dar una vuelta por la ciudad
todos la mirarán, pero no le importará.
Un vestido de domingo y viento,
sonriendo se marchará a la clara luz de la mañana.
Con tacones como clavos
se vengará la “Bella”.
Hola Ana, todavía tengo los ojos en blanco pensando en esas libreras feministas, qué mal entienden el feminismo estás señoras, después de tanta lucha para conseguir igualdad de derechos ellas mismas se los cargan.
Hay que seguir picando piedra, no queda otra.
Un besazo
Isa
Al final, hasta las más grandes ideas se acaban desvirtuando y mucho más en este mundo líquido de redes sociales; como saques los pies del plato, te cae la del pulpo, ya sea a tu derecha o a tu izquierda. Es el precio que hay que pagar por mantenerte independiente.
Un abrazo, Isa
Y tú has picado mucha piedra, luchadora hasta el infinito y más allá….
Besos mil!!
Isa
Hola Anuska. Lo primero qué foto más bonita y qué recuerdos. Como me ha gustado siempre el salón de la Maga Azul. Se ven muy pocos salones a popa y en una embarcación con popa de galeón, como era la vuestra, es una gozada.
Tienes toda la razón en decir de que no existen hombres ni mujeres, solo personas, lo malo es que entre esas personas abundan talibanes de cualquier género, (político, social, religioso… y no sigo que no me da con el diccionario de sinónimos) dispuestos a no ver ni pensar más allá de sus narices y embarrar lo que otros antes que ellos han luchado por conseguir. He incomprensiblemente uno de ellos es el feminismo. Ya es vergonzoso lo que ha ocurrido recientemente en el congreso de los diputados, dicho por mujeres, a otras mujeres, para que mujeres, qué se definen como feministas, ayuden metiendo palos entre la ruedas. Que fácil se lo están poniendo a algunos…
Un millón de besos
Viriato
Amigo Viriato, ya sabes: a río revuelto quien gana son los más folloneros, en este caso Vox. No pretende otra cosa que hacerse de notar. El resto peleándose por matices. Me recuerda a la vida de Brian.
https://youtu.be/g7Wo3bsTZYY
Besitos
Lo “mesmo”😂😂😂
Ana, yo me alegro de habitar también en esa órbita interestelar donde puedo encontrarme con personas como tú y navegar por el cielo escuchando tus historias y aprendiendo de la sabiduría de tu abuelo, lejos de este mundo de discurso único y políticamente correcto que quiere envolverse en apariencia de diversidad, originalidad y libertad, cuando realmente no se admite la disidencia ni salirse de la corriente ni apostar por algo diferente.
Tú a lo tuyo, brava. Ellas y su extraño y pobre feminismo se lo pierden.
Un fuerte abrazo.
Como gato escaldado, estas cosas ya las he vivido: en las asambleas de la facultad. Cuando te salías de los dogmas aceptados corrías peligro de ser lapidada.
No es que me preocupe mucho esa librería, pero me ha parecido una anécdota digna de contar.
Un abrazo Leticia y espero que nos veamos en Málaga.
Esa es mi ilusión. Estoy atenta a tu aviso.
Un abrazo.
En principio será el 26 de enero. Y estará conmigo Aurora Luque. Seguro que con ella sale algo importante.
Ya aviso
Lo de Capitanía , machismo inscrito en el ADN.
Lo de la librería, » edadismo» & gerontofobia.
Si eres mayor eres sospechosa .
Si una mujer con tu experiencia y pionera en navegación además de buena escritora no lo consideran importante en el campo del feminismo , no te preocupes que pasados 10 años te sacarán en la sección de » mujeres olvidadas por la historia»
Si eres una adelantada a tu época , es como si te equivocaras.
Si escribieras sobre género no binario, trans, poliamor ….te publicarían aunque fuera un bodrio.
Si no estás con el espíritu de los tiempos ( Zeitgeis) y y además eres mayor ,olvídate .Es la tiranía de la moda en todo y en la juventud .O ser un filósofo moderno que ha cambiado de género y escribe para cuatro que hacen como que le entienden y no hay por donde cogerlo.Tienes que escribir nimiedades, algún libro de autoayuda o encriptadoque no entienda nadie .El cambio se siglo nos ha dejado fuera, en los márgenes aunque llevemos las alforjas llenas de tesoros.Parece que es ley de vida.
Lo siento.
PD : yo prefiero no formar parte de ese mundo que no me pertenece ni me gusta.
Por eso estoy apartada con mis libros, el campo y mis perros en un espacio íntimo de lecturas, actividades solitarias ( cerámica ,pintar..) ensueños y revisión involuntaria pero grata de recuerdos.
Como Sísifo, he subido la última piedra y veo desde las alturas cual sujeto del pintor romántico C.D.Friedrich , las praderas y montañas entre neblina y ya solo queda disfrutar de esas imágenes y bajar lenta y segura a la laguna Estigia donde me espera Caronte con su barca.
Lo de Capitanía es machismo, desidia, aburrimiento y mala baba. Funcionarios que se creen reyes detrás de una mesa. Y tienen el poder de condenarte al paro por un simple papelito. He visto pescadores agarrar de las solapas a algún inspector porque les negaban el despacho (permiso)
Hace tiempo esas competencias las tenía Comandancia Militar de Marina, ¡el ejército! Cuando las transmitieron a Capitania (organismo civil) todo el mundo se alegró. Todos menos yo. Ya intuía que lo peor estaba por venir. Y así fue.
Cuidado con Caronte, puede ser un infiltrado de la Capitanía y la has pringado; eso es para toda la eternidad.
Abrazos anónimos
El mundo se ha vuelto confuso y agresivo.
Yo quiero vivir sin darme cuenta como decía Mafalda.🤗💃
Como decía mi abuelo: siempre lo ha sido, lo que pasa es que no te das cuenta hasta que pasan los años y adquieres conocimientos. Hay algunas personas que ni con los años.
Querida Ana, tu no sobras nunca, y mucho menos eres un garbanzo. Efectivamente el mundo esta lleno de patanes y de ignorantes, pero haces bien en no tomártelo a mal. En Capitanía si, es un servicio público y han de atenderte como es debido, así que si hay que hacer una sentada como si hay que encadenarse a la puerta, yo lo he hecho muchas veces. Pero en la librería… nada, una mano alzada con el puño cerrado y el dedo medio para arriba y, ¡que les folle un pez!.
Lo del garbanzo no lo considero ofensa; me encantan en todas sus vertientes gastronómicas y hasta literarias.
Supongo que te acuerdas del cuento:
¡Pachín, pachín, pachín!
¡Mucho cuidado con lo que hacéis!
¡Pachín, pachín, pachín!
¡A Garbancito no piséis!
Un abrazo, Álvaro y gracias por pasar por aquí.
La aventura de la vida comporta experiencias de todo tipo y encuentros con personas maravillosas como algunas de las que citas en tus libros, y otras que no saben o no han sabido apreciar lo que se perdían. A pesar de todo, solo la que sale de su zona de comfort tiene la oportunidad de aprender y crecer.
Totalmente de acuerdo: si te quedas en el sillón de tu casa nunca tienes frío. Pero el fresco es necesario para apreciar el calor.
Aprender es la mejor de las aventuras. Me gustaría morirme como Lady Montagu, la excéntrica escritora aristócrata y autodidacta. Dijo en sus últimos momentos: ha sido todo muy interesante.
Gracias, Carlos
Hola.
Esto del «neo feminismo» se parece mucho a la antigua Sección Femenina, dictando quien es digno y digna, con un aroma a rencor bien macerado.
Contento de haberme topado con un personaje tan interesante como usted, precisamente en una de esas librerías abiertas a expandir horizontes, como deberían ser todas las librerías por definición.
Saludos.
Todos los dogmas acaban siendo absurdo, aunque los generen las buenas ideas. Todo lo que acaba en ismo suele terminar contaminado. Pero ya sabes; a Sócrates, que todo lo cuestionaba, acabaron obligándolo a beber la cicuta. Y me beberé un vino, que me gusta más, a vuestra salud.
Un abrazo, Gregorio
Que bien relatas el desánimo de ver que el gran castillo de naipes que nos creímos es un simple cubo cada vez más lleno de basura
Pero míratelo de otra manera. Todavía nos queda reírnos hasta de nuestra sombra. Hay el humor!! Quien iba a decir que nos salvaría de la locura
Claro, Timo, sin humor y sin amor, esto es una estupidez.
Mira, un día caí en la cuenta que la vida me gustaba vivirla pero también contarla. Cuando escribo, esa reflexión le da más sentido a las cosas. Si encima fuera Groucho, que retorcía los hechos hasta exprimirlos, no te quiero ni contar: vives cien veces.
Un abrazo y gracias por tu comentario
Ana, al ver a mi hija y sus amigas me doy cuenta de que a pesar de todo vamos por muy buen camino…todos esos rancios y rancias tienen la guerra perdida, el mundo va a estar cada vez mas en manos de mujeres, y la mayoría no están para tonterías…tú eres un muy buen ejemplo.
Besos
Gracias, Alicia. Es un consuelo saber que hay gente inteligente. A veces, lees los periodicos o ves la tele y piensas que estamos en el planeta de los simios.
Un besote
Hola Capitanesa, manda huevos que en Grecia te tienen más respeto que en la tierra que te vio nacer.
Cuantas conversaciones irracionales hemos compartido en esa mesa en la Maga Azul, cuantos litros de cerveza han pasado por su tablero y cuantas ideas geniales (o no) nacieron en ella y murieron al instante. Recuerdo una en la que la idea de salir del sistema era el objetivo común, «No depender nunca más del sistema», de los bancos, de las ayudas, las pensiones, las tasas, de la política, las naciones y el ruido en general. No recuerdo quién fue el cenizo que nos recordó que antes de proclamarnos seres libres tendríamos que pagar, entre otros compromisos ya adquiridos, la cuota de autónomos de ese mes, la hipoteca, el préstamo del coche, la visa de las vacaciones y alguna que otra deuda más, para lo cual aun tendríamos que seguir trabajando y por ende besarle los pies al sistema un poco más de tiempo. ¿Cuántos años han pasado e eso? Pues si, aquí seguimos atrapados por el sistema y no tiene pinta de cambiar la cosa.
Creo que en aquellos tiempos nunca nos planteamos que la burocracia acabaría por joderlo todo. «Lo Correcto» es lo que impera y gracias a la pandemia, si antes teníamos trabas administrativas, ahora tenemos teléfonos que no escuchan, listas de espera interminables y citas previas que parecen solicitudes de audiencia con el mismismo Presidente del Gobierno.
Y ahora, que tanta importancia tiene la palabra igualdad, resulta que nunca hemos sido tan desproporcionadamente desiguales. La lucha contra el machismo se ha convertido en una encrucijada contra la cultura, La vida de Brian… machista, Aterriza como puedas… machista, Lo que el viento se llevó… machista y xenófobo, El padrino… machista, xenófobo y homófobo… Podéis completar la lista, no solo con el cine, también con la música, Ronaldos, Tequila, Alaska, Hombres G, Gabinete Garibaldi, hasta Miguel Ríos debió pensarse seriamente si insistir en pedirle una cita a Lucía llegaría a considerarse acoso hoy en día.
Y es que todo ahora es criticable, juzgable y finalmente condenable gracias a las redes sociales. Lamentablemente todo se saca de contexto. Qué daño has hecho Tripadvisor!!!
Me sorprende que las manifestaciones feministas se dividan en bandos, a favor de una ministra o en contra de la susodicha. A ver, ¿cuál es el propósito de la manifa? Pues nada, esperar al año que viene mientras bailamos un reguetón (que «para nada es machista»)a ver si concretamos qué coño es lo correcto y lo volvemos a intentar.
Porque lo correcto, esa palabra odiosa que no dice nada y llena la boca de los que carecen de criterio propio, es no hacer nada, es desconfiar de todo y de nada, es sobreproteger a los ineptos y ensalzar a los mediocres. Idiotizar a la población, rebajar el nivel, infravalorar el esfuerzo, quizás con el sueño de todos los gobiernos que no es otro que mantener a una población atontada.
Pero Ana, si miramos al frente, nos encontramos cada día a más mujeres punteras haciendo hazañas tan increíbles como ser seleccionada como astronauta por la ESA. Lo que no habrá visto Sara Garcia (la leonesa seleccionada) en su trayectoria profesional. De todo lo que le escuché decir a ella, como a ti, como a tantas otras, me quedo con vuestro esfuerzo, vuestra convicción, vuestra lucha personal, porque habéis conseguido estar donde a otros/as les molesta que estéis. Por más zancadillas que os pongan seguiréis luchando, (dentro del sistema me temo) y gritando, Garbancito va!!!
Que les den!!!
(Garbancito va es la voz que se daba en Cantabria al saltar sobre los agachados en el juego de la media manga, churro va o burro va, seguro que lo conocéis)
A mí me da que en esa época de la que hablas nos la soplaba la cuota de autónomos y demás mandangas. Más bien eran los efluvios del morapio. Luego nos refinamos y pasamos al Apelia de crianza.
¿O es que no te acuerdas del día que estuvo a punto de asesinarnos una oca? ¡Qué miedo pasamos!
Vuelvo a repetir la escena que le he puesto a Viriato de la vida de Brian. Es real como la vida misma.
https://youtu.be/g7Wo3bsTZYY
Lo que no recuerdo era si éramos del Frente de liberación de Judea o del Frente Judaico popular. 🙂
Creo que fue el sociólogo canadiense Peter que estudiaba el fenómeno que se produce en las grandes organizaciones. Hay personas que se concentran en procurar la calidad de su trabajo y otras que se centran en promoverse. Estas últimas son las que progresan. la mayoría de las veces aprovechándose del trabajo de las primeras. Estaba en COU cuando murió Franco. la mayoría teníamos ya conciencia social y nuestra generación vivió el privilegio tanto de la ilusión como la del desencanto. Conocí a mujeres y hombres que demostraron los más meritorios sacrificios y pasado el tiempo, también pude comprobar como otros se aprovechaban de su esfuerzo y compromiso y los relegaban al ostracismo. la razón fundamental – creo yo – es que les recordaban que en realidad estaban robando el merito de otros.
Eso que dices, que es muy cierto, se acentúa mucho más ahora que vivimos en las redes. Cualquier influencer sin cerebro y con medio cerebelo es capaz de crear tendencias y corrientes de pensamiento. Luego, para el que protesta, están los mecanismos del ostracismo, ahora llamado «cultura de la cancelación».
Decía el otro día Woody Allen: Como sé que no hay vida después de la muerte, poco me importa si me recordarán como un buen director de cine o como un pederasta.
Un abrazo, Prometeo
Hola,
Describes dos situaciones y en las dos cuanta verdad transmites . El mundo de la navegación en manos de los hombres y ese mundillo feminista que por reduccionista termina en lo reaccionario. Es verdad que con la edad todas las cortinas se terminan evaporando y la realidad se impone. Es más, si mantienes una coherencia con tus ideas,, no dejándote contaminar por la mediocridad del momento ni por ideologías que ya no pretenden ni cambiar el mundo ni nada parecido, entonces te asomas a un cierto vacío y a un desapego que hiela la sangre. Pero es preferible esa sensación a traicionar unas ideas y una coherencia sin las cuales la vida ya no tendría sentido.
Por eso reitero, con el subrayado de mi compañera, la sintonía absoluta.
Si los vientos no se tuercen este verano andaremos por lugares que recientemente reseñaste (Kalymnos, Leros…).
Tiempo queda…
Unha aperta
Yo creo que Kalymnos os gustará. Tiene una personalidad especial. Acuérdate de leer Canto de sirenas, de Charmian Cliff, te hará una buena introducción de la historia de la isla, aunque su escritura es más bien onírica y poética. La verdad es que tuvieron coraje de irse a Kalymnos en los años 50 con dos niños en edad escolar.
Siempre hay ejemplos pioneros de que la vida es más fácil lejos de dogmas y corsés; el resto es volver a la Formación del Espíritu Nacional, de triste recuerdo.
Un abrazo y espero que nos veamos. Igual subo a Coruña de nuevo para presentar la segunda edición de Mil viajes a Itaca.
Tienes toda la razón, suscribo. Gracias
Gracias a tí, Román.
Querida Ana: Tu decepción es la de tu abuelo y la de todos nosotros. Tolerancia, respeto, convivencia, fraternidad (o sororidad, que mas da!) son los conceptos que algunos olvidan o no saben practicar. Idealismo, utopía, son los sueños que nos permiten vivir. Gracias por ser persona, como yo. Pero, sobre todo: gracias por ser la persona que eres!
Hola, Eduardo. Yo más que decepción le llamaría resignación. Tenía razón Giuseppe de Lampedusa: Es necesario que todo cambie si queremos que todo siga igual. Y si a eso le añadimos el jaleo mediático y político que vivimos, es la combinación ideal para que las cosas buenas que podríamos conseguir se difuminen entre griteríos y consignas.
Y también gracias a ti por pensar como piensas. Al menos no estamos solos.
Eduardo
Anita, no te enfades.
No merece la pena.
Aún hay muchos lugares a los que ir sin títulos y mucha buena gente que te quiere tal cual.
Petós
¿Cómo me voy a enfadar?, con comentarios tan estupendos como me hacéis.
Un besote
Hola. Probando comentar en este blog