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Salamina y Corinthos

Dia 21. Salamina y Corinthos.
Salamina, la isla de noble nombre. Todo detritus y desguace. Es la isla suburbio del Pireo.
Entrecierro los ojos y alcanzo a imaginar lo que vieron los de Filipo II; estas mismas calas, estas mismas piedras, pero con un mar mas azul, mas transparente. Las mismas corrientes, los mismos vientos. Nada de basura.
Estoy en un sitio de aroma pos nuclear. Se amontonan a ambos costados barcos y barcos, pecios y pecios, hay hasta algún submarino corroyéndose lentamente; cri-cri . 
Siempre he pensado a dónde irían los barcos, los ferries, los mercantes; cuando ya inservibles no los quiere nadie. Ahora lo he visto: aquí. Sus esqueletos van a parar a sitios como este. Todavía se resisten a desaparecer y tiran de sus anclas, que los aguantan no se sabe muy bien para qué; mientras suenan sus chirridos, como lamentos; barcos que surcaron mares, llevaron pasajeros, transportaron mercancías, que algún día alguien saltó de alegría al ver asomar sus chimeneas, que tuvieron buenos capitanes, que pasaron malos momentos.Esto está lleno de ellos, como perros abandonados. 
¿Seré el único ser vivo del entorno? Me satisface ver que de vez en cuando pasa algún coche. 
Ha sido un buen refugio. Debo partir.
Otra vez el canal de Corinto. Otra vez a pagar.
-¿Vas tu sola? Será cansado  ¿No?
-Bueno, lo realmente cansado ha sido amarrar aquí de costado yo sola, con un viento de proa, sin nadie que me ayude.- Lo pienso, pero no lo digo. Mejor ha sido.
Veo como el mismo que cobra, coge la radio y sale despedido para llevar el práctico.  Otra vez más estamos con la reducción de personal. Ajustes.

Espectacular esta vez el canal, iluminado por los relámpagos, con un mar y un cielo gris, gris.

Voy a fondear en Corinthos, mañana seguiré contando.

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4 comentarios en «Salamina y Corinthos»

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