Amistades nutritivas
Sentada en la orilla, con el agua por la cintura, sentí una caricia en mi pantorrilla, un beso furtivo, casi el roce de una seda. No alcancé a ver de dónde venía ese manoseo disimulado y me volví a sumergir en mis reflexiones estivales en un beatifico remojo. Por segunda vez noté la succión deLeer más »Amistades nutritivas