Agua fría con el café
La sociabilidad que genera tomar un café en compañía radica en el encuentro sobrio que propicia el habla, todo lo contrario a la introspección y meditaciones que evoca un humeante té. Una taza de café está llena de palabras y de escusas para que sucedan cosas. El tintineo de las tazas produce una alegría efervescente y recuerda a momentos de charlas y confesiones. “¿Quedamos a tomar un café?” es una delicada caricia que se ofrecen los amigos en los momentos de necesidad.