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Un aplauso, allí donde estés, María

Un día como hoy, hace 90 años nacía La Divina María Callas, su
divinidad fue un fenómeno que duró apenas 10 años, pero que perdura hasta hoy,
tal que si de un habitante del Olimpo se tratara. Como los catasterismos de Eratóstenes
su canto debió ascender a los cielos y se quedó prendido en alguna estrella,
porque todavía, sus viejas grabaciones hacen llorar a más de uno. Su voz fue
breve y no con el timbre más bello pero sí con un pathos capaz de conmover al
más flemático. Siempre tienes la sensación, cuando la escuchas, de no entender de
donde salió esa repentina conmoción que te paraliza y te hace llevarte las
manos a la cara. Si el arte debe emocionar, ella fue su más viva defensora.

Maria Callas en Lefkada

Solo quería hacer una breve mención a este personaje que
vivió en el drama y para el drama, en el día de su aniversario. Para eso lo
mejor es oírla o contar una de sus múltiples anécdotas; empiezo con lo segundo y os dejo con lo primero. 

En 1961 representaba Medea en La Scala. Su
relación con Onassis la había hecho abandonar los buenos hábitos y ejercicios;
de hecho él la reprendía por trabajar, como si no fuera suficiente su fortuna. No
tenía ya tan buena voz y el 11 de septiembre de 1961, durante el primer acto en el
dueto con Jasón, la audiencia comenzó a silbar. María ignoró el alboroto hasta
que llegó la escena donde ella increpa a Jasón llamándole ¡Crudele! Después del
primer ¡Crudele! paró de cantar, miró al público y le dirigió su segundo ¡Crudele!
Amenazante; hizo una pausa y continuó recriminando a Jasón: Ho dato tutto a te,
pero el puño del desafío lo dirigió al patio de butacas; la audiencia paró de
silbar y la ovación clamorosa hizo tambalear el teatro.

4 comentarios en «Un aplauso, allí donde estés, María»

  1. Es muy difícil encontrar vídeos en los que salga ella cantando y que tengan buena calidad sonora; ya sabes que la grabación en aquellos tiempos no era muy buena. En la mayoría se distorsionan mucho los agudos, o bien son discos con imágenes fijas.
    La Callas siempre será un autentico mito porque tenemos poco registro de sus actuaciones y por tanto son más sugerentes si cabe.

    Un beso, caro.

  2. Me la imagino en la anécdota que cuentas, con ese carácter griego de rompe y rasga, llamándole cruel al público como si Medea se lo gritara a ese pusilánime de Jasón, mientras esconde el puñal con el que acaba de matar a los hijos de ambos! Genio y figura.

    Salud y abrazos, casta fiore!

    1. Anécdotas suyas hay a montones. A mi me gusta mucho la de La Traviata. En un ensayo, en la escena final; violeta languideciendo en sus ultimas horas. María empieza a cantar y le sale la voz con muy poca potencia, todo el mundo helado. A la tercera repetición, el director asustado le pregunta si se encuentra bien. ¿Como quieres que cante bien si me estoy muriendo? dijo la diva. ¡Única!

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